A ver: si yo sé lo que te pasa. Si es que en realidad la sangre que circula por tus venas es como la mía. Eres ingeniero. O te dedicas a Ciencias. Y estamos convencidos de que en una gráfica sólo importa que los datos sean correctos.
Si prefieres ahorrarte la penitencia de leer mi prosa, en este vídeo te lo cuento. Y las animaciones me han quedado monísimas.
¿Para qué hacemos gráficas?
Para conocer dónde estamos.
Para saber qué decisiones tomar y con qué criterio.
¿Cómo funciona nuestro cerebro visual?
El proceso de aprender algo a través de una gráfica se basa en:
Observar una realidad que queremos predecir, controlar o aprovechar.
Modelar esa realidad: Almacenar los datos que representan ese modelo.
Codificar: Plasmarlo en tabla o gráfica.
Transmitir: Expresarlo en un informe o presentación.
Decodificar: interpretar esa gráfica y considerarla una fuente de información.
Conocer: construir un conocimiento; en consecuencia, crecer como individuos y como sociedad.
Elaborar una gráfica adecuada es clave para que esa decodificación sea rápida. En una presentación, debe producirse en menos de 3 segundos de reloj. Nada más ver la gráfica, la gente tiene que entender lo que quieres decir como si se lo hubieran programado los de Matrix en un instante.
Nuestros ojos son una lente fotográfica que se compone de 6 millones de conos para recibir la imagen con suficiente luz y unos 100 millones de bastones para ver con poca luz. Cada cono es un como un pixel con información de color; cada bastón es como un pixel con información monocromática.
Si nuestros ojos fueran fijos, serían unos 105 Millones de pixel (105 Megapixel) de visión estereoscópica. Como tenemos campo visual ampliado por el movimiento de los ojos, resulta que tenemos en la cabeza una cámara fotográfica de unos 576 MPx (20.000 MPx en el caso de Marujita Díaz).
Ahora piensa en los Megapixel de tu cámara… Aunque tengas el Samsung Galaxy S20 Ultra (sensor ISOCELL Bright HM1A de 108 MPx). O una Hasselblad H6D (50.000 eurazos y sensor de 100 MPx que, sacando 4 fotos rápidas desplazando sucesivamente el sensor 1 pixel a cada lado, te saca foto final a 400 Mpx). O trabajes en el Fermilab con la “cámara de la materia oscura”, de 570 Mpx, para explorar más de 300 millones de galaxias, observar la luz de hace 7.000 millones de años y ver entonces los primeros programas de Jordi Hurtado.
(Disclaimer: no me patrocina Samsung, ni Hasselblad, ni Fermilab ni Jordi Hurtado).
¿Dónde se forma la imagen en nuestra mente?
El neurocientífico alemán Korbinian Brodmann identificó 52 regiones distintas del cerebro de acuerdo con las diferencias en la composición celular: publicó en 1909 su investigación sobre citoarquitectura cortical en el que define las áreas de Brodmann.
El área 17 de Brodmann es el Córtex visual primario. Se trata de la primera área de la corteza cerebral que empieza a procesar la información visual (del núcleo geniculado lateral). Para los que no somos biólogos ni médicos (pero porque no hemos querido, ¿eh?): es un mapa perfecto del ojo. Las neuronas de esta corteza visual primaria están extraordinariamente conectadas, especializadas y organizadas en hipercolumnas. Es tal la precisión espacial de las conexiones que es una representación retinotópica: cada "pixel" de la retina se proyecta sobre un área específica de la corteza. En otras palabras, el área 17 de Brodmann es literalmente un respaldo o película fotográfica con esos 576 millones de píxeles reales.
Por si te parece poco alucinante, este córtex visual primario está en la parte trasera del cerebro: la conexión con los ojos atraviesa literalmente todo tu cerebro. En mi caso, la distancia a cubrir no tiene ningún mérito.
¿Y cómo se forma la imagen?
Esas hipercolumnas se componen de:
Columnas de orientación que nos permiten la orientación (¿sorpresa?), frecuencia espacial y movimiento.
Regiones ‘blobs’ que nos permiten distinguir el color.
Columnas de dominancia ocular, cuyas neuronas binoculares nos permiten detectar profundidad.
El córtex visual primario deja la imagen preparada para el procesado posterior, que sucede justo al lado, en las áreas 18 y 19 (córtex visual asociativo). Es decir, el "Photoshop" en que procesamos la imagen, le damos un sentido y movimiento. Aspectos como la persistencia retinal (=cuando ves más de 24 imágenes por segundo, percibes movimiento) las relaciones entre colores y lo que eso signifique emocionalmente para ti, asumiendo que, a pesar de leerme, no seas un psicópata y te funcione el sistema límbico. Pero aquí ya entran en juego las áreas de Brodmann 9, 13, 23, 24, 31 y 33. Se entiende que esto de las emociones sea materia tan compleja.
Sabiendo este tesoro que tenemos en el cerebro, ¿vas a seguir haciendo gráficas chusqueras?
Hay un paso más allá, las buenas infografías científicas en las que se mezcla el rigor científico con un enfoque estético brutal. Ejemplo perfecto de que la forma obedece a la función. Si tienes curiosidad, no dejes de visitar el trabajo de Heber Longás.
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