Si por 1983 veías en TV a los payasos de la tele (Gaby, Fofó, Miliki…), lo tienes muy claro. Para aprender hay una herramienta que falla jamás: entretener.
Y eso es todo lo que la gente quiere cuando va a una presentación: Aprender algo sencillamente (hacerlo sencillo). Y, sencillamente, aprender algo (no pretender la gran odisea).
Pero a la hora de la verdad no fallamos: cada vez que hacemos una presentación queremos meterlo todo. Enchufamos el Powerpoint y empezamos a salivar mientras recopilamos tablas, gráficas y bullet points. A cual peor. Hablando todo el rato de nuestro proyecto y que no queden dudas de que nuestro trabajo es abundante y de calidad. O sea: Yo-yo-yo.
A la gente todo eso le da igual porque quiere que les hables de ellos. Sentirse identificados. La prueba la tienes en cuando te pasan fotos del último encuentro que hayas tenido con gente cercana (también sirve la familia). ¿Qué es lo que primero que buscas en la foto? Pues eso. Te buscas a ti. De hecho se te salen los ojos de las órbitas en esos segundos en que no te encuentras.
La gente que te escucha en una presentación quiere todo el rato sentir que lo que le cuentas va con él. Piensa en esas que recuerdes como las mejores presentaciones: aprendiste algo que se te ha quedado. Fue una experiencia para ti. Apple lo hace en todas sus presentaciones. Y no les va mal del todo.
Así que deja de enfocarte tanto en ti y piensa en ellos. Y por qué su vida va a ser mejor con lo que estás contando.
Puedes ver una charla mía sobre esto en: https://youtu.be/FDX0I1tDNPU
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