En 1989 Mecano se sacó de la manga el disco mejor producido de la historia de la música en España. Álbum que destacó desde su mismo lanzamiento, en una época en que todavía existían bastantes propuestas potentes en la música.
Esto no va de si te gusta o no Mecano. «Descanso Dominical» era LA cinta. Incluso superaba a aquella de los Pitufos con la que mi hermanita nos acribilló un verano desde su radiocassette cerca del agua azul (pitufo). Ahí plantada. En plan «de ahí no me pienso mover».
Al lío.
Como imagináis: en las siguientes líneas cambiáis «álbum» por «Presentación»; «canción» por «diapositiva».
Brillo individual
En este álbum cada canción es brutalmente diferente.
Y al mismo tiempo, todo el album tiene una firma.
Cada canción tiene la elaboración exacta, el arreglo que pide. Es casi imposible imaginarse una versión diferente.
Existe una coherencia en la manera de arreglar las canciones y la voz de la cantante Ana Torroja (nieta de Eduardo Torroja, el ingeniero que más sabía de hormigón en todo el mundo).
Y eso hacía que se permitiesen siempre el salto con tirabuzón de poner en su voz historias que generalmente protagoniza un hombre.
Historias
Cada canción encierra una historia bien contada:
Cotidiana («El Cine»).
Calculadamente frívola y superficial («Los Amantes»).
Autobiográfica amorosa (««La Fuerza del Destino»)
El alegato -pionero- homosexual («Mujer contra Mujer»).
Crítica mordaz (I): saber valorar lo de aquí («No Hay Marcha en Nueva York»).
Crítica mordaz (II): realidad laboral («El Blues del Esclavo»).
Espacial («Laika»).
Épica exploradora («Héroes de la Antártida»)
Surrealista («'Eungenio' Salvador Dalí») que aplaudiría el propio Andres Bretón.
Nochevieja convertida en himno eterno («Un Año Más»)
Instrumental flamenco pasado por el filtro new age («Por la cara», con la guitarra de Tomatito, ahí es nada).
Égloga, con permiso de Virgilio («Hermano Sol, Hermana Luna).
Fábula pura, o sea protagonizada por animales («Fábula»).
Naíf y favorita de Pablo Iglesias / Isabel Díaz Ayuso («Quédate en Madrid»).
El resultado en conjunto El álbum posee una magia que hace que una vez pones el disco, ya no lo detienes hasta el final. Se atreve con variedad de estilos (pop, swing, tango, flamenco, synth, new age...). Cada canción te cuenta historias que parece que, en buena medida, las has vivido. Como los mejores equipos: cada pieza puede brillar por separado. Pero el conjunto supera a la suma de las partes. (Casi) se les puede perdonar esa patada al oído del infame «Tú contestastes que no». Hasta el mejor escriba echa un borrón.
Me entrevista eventclub: Mi trabajo es que sea el cliente el que se luzca. Que parezca que esa empresa «ha hecho las presentaciones así de bien toda la vida».
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