«¿Por qué Daimiel? ¡Explícamelo, por favor! ¡¿Por qué todos los jugones sonríen igual?!» (Andrés Montes a Antoni Daimiel.
Comentaristas de baloncesto).
Si quieres que tu presentación sea memorable, vas a tener que practicar. Y practicar. Y practicar. Tu ventaja siempre será que la mayoría de la gente no lo hace. Solamente repasan ligeramente las diapositivas con plantilla hortera prediseñada sobre la que han volcado (como una quitanieves) tablas y gráficas sin filtro ni medida. ¿Cuántas veces ensayar? Carmine Gallo da una cifra mágica: 10 veces. Es entonces que alcanzas plenitud de poderes mágicos:
Te sitúas a un nivel superior al de otras personas en tu entorno (≈tu competencia presentando)
Ganas confianza en tu manera de presentar.
Aun sin querer, mejroas tu lenguaje corporal, dado que no te preocupas en lo que dices, sino que te enfocas en la audiencia. Y a más ensayo, más fresco resulta.
Los deportistas saben muy bien de qué va todo esto
Son el mejor ejemplo de la teoría de conductismo deductivo que desarrolló Clark Hull.
La repetición genera hábitos y aprendizaje.
Y así nuestra mente se «cablea» para dar la instrucción correcta al cuerpo para lograr el resultado esperado.
Caso concreto: la práctica de tiro en baloncesto.
Stephen Curry es el tío que más rápidamente en la historia ha encestado 2.500 triples.
Sólo 2 jugadores antes lo habían conseguido, en más tiempo.
Si le has visto alguna vez tirar desde 8 metros de distancia (deberían darle 4 puntos por sus tiros), te habrás preguntado si es truco de TV o es real.
Lo que pasa es que Mr. Curry, además de practicar con el pollo, en sus rutinas diarias hace:
5 tiros al frente de la canasta;
paso hacia atrás y otros 5 tiros, repitiendo el proceso hasta que ha hecho 20 canastas.
A continuación, realiza el mismo ejercicio de tiro para cada uno de los 5 ángulos principales alrededor de la canasta, desde el extremo derecho hasta el extremo izquierdo.
Y así cada día. Normal que en los partidos muestre «la sonrisa del jugón» que acuñó el inolvidable Andrés Montes. Como dato curioso, su padre Dell Curry («Muñequita Linda» le llamaba Andrés Montes) tuvo sus duelos en la cancha con el tristemente desparecido Dražen Petrović, otro que era fino ensayando y ensayando los tiros. El mérito no esta en hacer una presentación genial a la primera Nadie espera de ti que logres eso. Además, eso te puede salir una vez. Dos con mucha suerte. El valor está en tener una visión y la paciencia para iterar hasta lograr el resultado deseado. Como en cualquier negocio. Como cuando en un restaurante tú saboreas un menú degustación que lleva detrás muchas horas, pruebas, y fallos. O en un recital escuchas el resultado de muchas horas de ensayo, escalas, ejercicios, errores, dudas. El caso máximo, algo así como el Nirvana, es lo que hacía Steve Jobs semanas antes de sus famosas "Keynote" de Apple: Ensayar, no hasta que salga bien. Sino ensayar hasta que no pueda salir mal. Y entonces alcanzarás la Sonrisa del Jugón.