Diego Marqueta
Pinta y colorea
Actualizado: 3 ago 2020
Las señoras se aburrirÔn con el tema de hoy porque dominan la gestión de los colores y dan literalmente miles de vueltas en la materia a los caballeros (y a los que no lo son). Ellas estÔn genéticamente diseñadas para ver miles de colores; ellos a duras penas conocen los colores del Arco Iris y no hay mÔs que ver cómo viste alguno.
El Sapiens (macho) se centraba en arrancar la carrera, alcanzar la presa o levantar piezas. Y para ello, en manejarse bien en distancias, velocidades, fuerzas. Es decir: magnitudes vectoriales, definidas por un segmento orientado que tenga un valor y sentido (una Ā«flechitaĀ», para entendernos). O sea, que sĆ, que ellos estĆ”n siempre pensando en lo que tenga que ver con lanzarse.
La Sapiens (hembra) se centraba en el punto de cocción en un alimento, oler si estaba podrido (el alimento) o ver la tonalidad de piel del bebĆ© por si se estaba achicharrando o congelando. Y para ello, en estimar Ć”ngulos, colores, tonalidades, olores. Es decir: magnitudes escalares, definidas por el gradiente o variación de un valor respecto de otro de su misma especie. O sea, que sĆ, que ellas estĆ”n siempre comparando.
70.000 aƱos no llega ni al grado de parpadeo en la evolución de una especie. AsĆ que la percepción del color no ha mejorado en el hombre ni disminuĆdo en la mujer.

Hay por ahà Powerpoints (no las podemos llamar «presentaciones») que parecen aquel chicle Bang Bang de fresa y plÔtano: tan mareantes los colores del envoltorio como asqueroso el sabor. No hace falta ser Kandinsky ni tener un mÔster en diseño para hacer un uso correcto de los colores. Basta con conocer cómo funciona el color percibido por el ojo humano. (En el caso de animales no podemos saberlo, aunque por cómo le ladran los perros a alguno, me temo que lo perciben similar).

Esto ya lo aprendimos a los 10 aƱos en el colegio y luego todo se nos olvida. Nos hacĆan pintar un disco o rueda de color con las temperas. En 3 sectores que formaban vĆ©rtice de triĆ”ngulo pintĆ”bamos los colores primarios (rojo - amarillo - azul; magenta - cadmio - cyan, en tĆ©rminos de pigmento puro). En medio, como mezcla de los mismos, los secundarios (naranja - verde - violeta). Y de la mezcla entre primarios y secundarios, los terciarios (aquĆ ya empiezan los lĆos de nomenclatura).

Esta distribución del color la modeló por primera vez Isaac Newton en 1671. Comenzó observaciones sobre la refracción de la luz 5 años antes, las cuales le llevaron a ordenar colores según su longitud de onda. Es de ahà donde define la existencia de unos colores bÔsicos en que se descompone la luz. En su obra «Optickus» (1704) muestra los que consideraba 7 colores primarios que eran nuestros actuales 3 primarios + 3 secundarios + añil (1 terciario de los 6 que hay). En dicha obra representa la distribución circular de los colores y los asemeja a la distribución de la escala musical tónica de 7 notas.

MĆ”s de 100 aƱos despuĆ©s, el poeta alemĆ”n Johann Wolfgang von Goethe escribió Ā«TeorĆa de los coloresĀ» (Zur Farbenlehre): el primer tratado sobre el color, su armonĆa y efectos emocionales, a su vez evolución del tratado Ā«Rosa de los temperamentosĀ» que preparó en 1798 junto con su amigo Friedrich Schiller (el otro gran poeta alemĆ”n y que compuso la Ā«Oda a la AlegrĆaĀ», para regocijo posterior de Beethoven y Miguel RĆos). Resulta llamativo que nunca antes (Ć©poca bizantina, romĆ”nico, renacimiento...) se habĆa escrito un tratado sobre el uso y propósitos del color.

Esta guĆa sedujo a artistas de la Ć©poca, como al sobresaliente William Turner, el cual hacĆa un uso radical de dicha teorĆa, como en su obra cumbre Ā«El Ćŗltimo viaje del Temerario remolcado a amarre para su desguaceĀ» (1839).
El mismo Goethe manifestó que no se sentĆa especialmente orgulloso por ninguna de sus piezas literarias pero sĆ que lo estaba por este tratado. Fue pionero en describir cómo conducir a sensaciones a travĆ©s de tĆ©cnicas especĆficas como la refracción de la luz, colorear sombras o el hipercromatismo. Ahora bien, el amigo Goethe afirmó que el anĆ”lisis de Newton, 144 aƱos antes, sobre los colores (refracción de la luz, distribución segĆŗn longitudes de onda, existencia de relaciones cromĆ”ticas) era un mero caso particular de su teorĆa. AsĆ que, Goethe, buen plumilla y tratadista de las emociones segĆŗn el color... pero oiga: un respeto hacia Sir Isaac Newton.

A la hora de seleccionar colores para una presentación, Goethe nos viene bien para algo obvio: color rojo para seƱalar problemas; color verde para mostrar soluciones. Casi nunca te vas a equivocar con este criterio. Pero para el resto de usos del color en un Powerpoint no queremos diversidad de interpretaciones, sino que sea unĆvoca. AsĆ que nos guiaremos por reglas puramente tĆ©cnicas. Las paletas de color en los programas de ordenador (como esa de hexĆ”gonos en Powerpoint) siguen exactamente la distribución de la rueda de color de Newton (sorry, Goethe). Y ello nos guĆa al elegir el soporte visual óptimo para un mensaje.

MonocromĆ”ticos: Mostrar la evolución en el tiempo/espacio de una solución. El matiz o color base elegido y sus variaciones de luminosidad y saturación. (aƱadiendo blancos/negros = alejĆ”ndonos/acercĆ”ndonos a lo largo del radio en el cĆrculo). Para conseguir efecto llamativo, hay que crear una gama suficientemente amplia.

AnĆ”logos: Comparar situaciones similares: usar colores que estĆ”n uno junto al otro, a la misma distancia del centro. Es decir: el matiz o color base elegido y sus colores adyacentes en el cĆrculo cromĆ”tico. Por tanto, cada color posee dos colores anĆ”logos. La gama creada es armoniosa y āradicalā: sirve para crear sensaciones puramente cĆ”lidas o puramente frĆas.

Complementarios: Crear un contraste entre soluciones al usar colores diametralmente opuestos en la rueda de color. Crean un contraste totalmente dinÔmico, especialmente si se usan sólo 2 colores en total. (Hay que evitar texto de un color sobre fondo de su complementario).
Usar los colores adecuadamente ayuda a que por ejemplo una grĆ”fica se entienda a la primera (una grĆ”fica ha de entenderse en 2 segundos de reloj, sin necesidad de explicarla) o bien sea un absoluto lĆo. El ejemplo a continuación es una grĆ”fica publicada en Octubre de 2015 para Ā«explicarĀ» desde el Ayuntamiento de Madrid que no todo el rato habĆa estado fuera de control un atasco de trĆ”fico. A la izquierda tienes la grĆ”fica inicial; a la derecha tienes el resultado tras simplificar y racionalizar el color.

TambiĆ©n puedes ver el proceso de mejora de una diapositiva, considerando los colores, en un ejemplo de Juan Ramón GarcĆa SantabĆ”rbara qeu muestra el proceso de cómo mejora una diapositiva sobre Ćndice de penetración de Facebook en Ecuador.
