Llega el momento de la verdad: tienes a la gente delante y estás a punto de empezar la presentación. Te acuerdas del jefe que te «emplumó» esto; cobras consciencia de que la gente te está mirando; sientes que no todas las miradas parecen «amigas» (entre otras cosas, porque no sabes lo que puede estar pensando esa persona, aunque tenga gran curiosidad por escucharte). Y te das cuenta de que, sencillamente, sientes nervios.
Si no sientes nervios, preocúpate, porque es el camino perfecto para: [1] aburrirte; [2] cometer errores; [3] ir de sobrado e irritar al oyente.
Un documental sobre nuestro grupo musical favorito será muy raro si no incluye montaje en blanco/negro con la banda antes de salir al escenario. Y ahí vemos que todos hacen lo mismo, da igual la cantidad de años que lleven en el negocio: necesitan animarse, activarse. ¿Cómo lo hacen? Pues algunos se meten de todo, pero quedémonos en que dan saltitos, se activan, calientan voces, se animan mutuamente… Necesitan preparar a la mente y al cuerpo para el gran momento. Y son conscientes de que ese gran moemtno es el gran regalo de la vida. Esas bandas legendarias no lo hacen por dinero (tienen más del que pueden contar). Lo hacen por el gran regalo que es la emoción y la energía de ese directo.
Si grupos que llenan estadios lo hacen, nosotros también.
Hablas en público sobre algo porque tienes conocimientos en la materia, porque hay gente que quiere aprender algo o porque tu jefe piensa que representas directamente a la marca/empresa. Nadie en su sano juicio pone a hacer una presentación a alguien que arruine la imagen de marca. Así que tómatelo como un regalo.
Ahora viene la parte recíproca: tú debes hacer un regalo a quien te escucha. Porque mientras están ahí, dejan de hacer otras cosas, te conceden su tiempo e incluso otra persona que podría hacer esa presentación no está en ese momento ahí en tus pies. Así que has de renovar minuto a minuto el derecho de estar ahí: haz que se entretengan, cuenta historias (especialmente si la presentación es sobre balances financieros); usa un apoyo visual (por ejemplo diapositivas) que sirva funcional y estéticamente a tu discurso.
Esto no cuesta nada más allá que prepararte la presentación. Porque si queremos que la presentación sea «fresca», ha de estar preparada. ¿O crees que ese directo de tu banda favorita está improvisado para ti y tus compañeros de estadio? Está todo preparado. Y por eso el resultado es emocionante.
Así que disfruta del regalo y prepáratelo.
Hazles felices.
Puedes verme hablar sobre esto aquí: https://youtu.be/mpGWKuuAIyI
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