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  • Foto del escritorDiego Marqueta

Una entrada para los Rolling

Me habían citado para 3 entrevistas profesionales seguidas en Barcelona. Una de ellas con el director general de la empresa en España. Si todo iba bien, sería el final feliz de un proceso de varias semanas: la empresa me había tanteado porque me había visto hacer mis gansadas con ISC, la «junior empresa» de la escuela de ingeniería de Zaragoza. A día de hoy sigo convencido de que les interesaba ficharme por la subvención. Aprendizaje: No limitarse a cumplir tu cometido en los estudios, en el trabajo o en las relaciones. Puede que alguien se enamore de ti por haber hecho actividades en paralelo a lo académico, por la manera en que haces las presentaciones de tus proyectos «reales» en el trabajo o por el sincero interés por los asuntos de alguien próximo a tu pareja.

 

Terminadas las tres entrevistas, la responsable de RRHH me dice que hay un cuarto director de empresa del grupo que quiere conocerme. Oh, qué sorpresa: los de RRHH convencidos de que todo tu tiempo orbita en torno a ellos. El reloj marca las 17.00 y mi bus hacia Zaragoza sale a las 18.00: tiempo justo para llegar directo (y en directo) para ver a los Rolling Stones.

Mi amigo Jose ya estaba con el coche preparado para recogerme, llevarme y guardarme la carpeta en su coche.

Cuando me convocaron tenía dos opciones:

  1. Proponer a la empresa otra fecha y que los (3+1) directores cambiaran su agenda por un pipiolo de 26 años. Un amigo de mi hermana lo habría logrado en 5 minutos con su piquito de oro. De hecho su nombre obedece a las inciiales de «Embaucador» y «Piquito».

  2. Proponer a los promotores del concierto cambio de fecha y que los 40.000 parroquianos se volvieran a casa. Coser y cantar para el amigo de mi hermana. Poco se está hablando de ese chaval.

Me faltaron cajones (y armarios) para cualquiera de las opciones. Aprendizaje:

A veces en la vida hay que ir con holgura de agenda y a veces arriesgar. Pero atenerse a las consecuencias.

 

A las 17.10 aparece un señor genuinamente simpático, como pude comprobar en los años siguientes. Tenemos una charla de lo más agradable y a los 10 minutos le digo: Sr. C.: Si no cojo el bus a las 18.00 en la estación Nord, me pierdo el concierto de los Rolling Stones en Zaragoza (abriendo mi carpeta y mostrando la entrada). No contaba con esta cuarta entrevista; si es imprescindible, pues me pierdo a los Rolling. Pero si usted no tiene inconveniente, yo me comprometo a estar mañana aquí en Paseo de Gracia como un clavo a las 08 de la mañana». Su respuesta inmediata fue que acababa de comprobar que yo sabía llevar una reunión. Que no hacía falta que viniese al día siguiente y que disfrutase del concierto. Fue la mejor reunión de mi vida. Aprendizaje:

Llevar todo preparado, sabiendo que en cualquier momento se puede desviar la cosa. Y ahí no perder el Nord de tus intereses y los de tu cliente. Convertir una situación de debilidad en fortaleza tuya y oportunidad para quien tengas delante. Un par de semanas después empezaba mi primer trabajo en serio, con dedicación exclusiva en vez de compaginada con los estudios. Una época en Sitges y Barcelona que supuso una plétora de experiencias, emociones, aprendizajes y algunos clientes. Barata me salió aquella entrada. Y el concierto de los Rolling no estuvo mal.

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